Utilizando gafas oscuras como un telón para esconder la mirada y de esta forma anular la proyección individual. Los ojos son el espejo del alma, la ventana a nuestro yo más íntimo y verdadero. Cuando los eliminamos, la imagen personal cambia, se endurece, se llena de misterio y la desconfianza aparece inmediatamente. La boca se erige como total y única protagonista del rostro, pero solamente pueden trasmitir tristeza, alegría, sensualidad o pasión. El poder de la mirada es infinito.
Peluquería: Gonzalo Zarauza @ Centro Beta
Asistente Peluquería: Laura Irure
Fotografía: David Arnal Fotografía
Retoque: Javier Villalabeitia
Maquillaje: Wildvandijk
Estilismo: Visori Fashionart Estilismo
Productos: Montibello