Con una trayectoria de casi 25 años en la industria del cabello, Lisa Whiteman ha formado a numerosos peluqueros tanto a nivel nacional como internacional. Prestar atención al ámbito comercial es primordial para ella. ¿Su lema? “¡Mantén una actitud mental positiva! Nunca dejes de aprender y de compartir con los demás.”
5 cosas que tienes que hacer
1. Da siempre la bienvenida al cliente con confianza, incluso si no te sientes demasiado confiado en el interior. Las primeras impresiones son extremadamente importantes y si tu cliente te ve un poco inseguro puede verse afectada la relación entre ambos durante toda la cita.
2. Escucha las necesidades del cliente y, si se queda sin cosas que decir, ayúdale con preguntas para entender qué quiere lograr con su visita al salón.
3. No empieces a tocar su cabello antes de que se sienta un poco relajado contigo y en el salón. Si tienes dudas, pregúntale si puedes comprobar la forma y condición de su cabello.
4. Comienza siempre con el contacto visual al mismo nivel que el del cliente o un poco más abajo. Esto le hará sentir un poco más a gusto. De otra forma, puede sentir que ha perdido el control de sí mismo de inmediato. Recomiendo cualquier posición que sea cómoda para los dos: en un sofá uno al lado del otro, o en un taburete de corte al lado del espejo, por ejemplo.
5. Presta atención al estilo de vida del cliente y su forma de vestir, así como los complementos. Esto te inspirará para alcanzar el look final.
5 cosas que tienes que evitar
1. No pases varias veces frente al cliente antes de saludarle. Salúdalo inmediatamente y preséntate. Si aún estás ocupado con otro cliente, dile que le atenderás en unos minutos.
2. Evita hablar mal de su peinado previo. A nadie le gusta un sabelotodo. Solo habla de los aspectos positivos del próximo peinado.
3. Evita decir cosas negativas de su antigua rutina de cuidado, del tipo: “tu cabello está muy seco o dañado”, "has aplicado demasiado color” o “nunca podrás parecerte a esta foto”, por ejemplo.
4. No dejes nunca a un nuevo cliente esperando. Se siente como un intruso y cada segundo que pasa marca la diferencia respecto a sus expectativas del salón. El cliente quiere “integrarse” rápido y por eso debes evitar que tenga que esperar más de unos pocos minutos.
5. Algunos clientes no conocen la terminología que usamos los profesionales y se sienten incómodos cuando hablan de su cabello y de lo que quieren. No te quedes en silencio viendo cómo sufren con las palabras. Acabarán “desistiendo” y diciéndote algo como “haz lo que quieras” (y pensando: “es un desastre que va a pasar igualmente”). Se sienten bajo presión y no pueden escapar.