Es por ello que, después de las vacaciones, nuestra melena suele estar más seca y quebradiza. Nos está pidiendo hidratación y/o nutrición, y eso es precisamente lo que debemos darle, después de un diagnóstico por parte de un profesional que determine sus necesidades concretas. Asimismo, los productos pensados para purificar y exfoliar suavemente el cabello y el cuero cabelludo conseguirán eliminar las impurezas que hayan podido quedar y, de esta forma, lograr que los tratamientos que se apliquen posteriormente sean más efectivos.
Otro consejo recurrente pero verdaderamente útil es cortar las puntas, al menos un centímetro y medio, que es lo que crece el cabello en un mes. Así, conseguirás proporcionarle fuerza y detener el efecto cremallera que provocan las puntas abiertas. Un cabello saneado también crece más rápido.
Es posible que durante el verano, el cabello se haya decolorado, dejando reflejos rojizos o anaranjados en las melenas morenas y verdosos o amarillos en las rubias. En estos casos son muy recomendables las coloraciones sin amoniaco tono sobre tono para volver a pigmentar el cabello.
Otro problema al que debe hacer frente la melena es la caída post-vacacional. Es algo normal y temporal, pero puede tratarse con los productos adecuados y una buena alimentación para que las consecuencias sean menos notables. Por último, no olvides que, después de la visita al salón, los cuidados deben continuar en casa, con el uso de los productos recomendados.