Le pasa a todo el mundo tarde o temprano. Te miras en el espejo y lo encuentras ahí: el despiadado reflejo de tu primera cana. Las más afortunadas son las melenas rubias, cuyas primeras canas son menos notorias y se pueden ocultar más fácilmente, pero de todos modos es un shock para todos. ¿Qué hacer? Nuestro primer instinto es arrancarlas tan pronto como las encontramos, pero a menudo dudamos por una vieja creencia popular. ¿Y si crecen más?
Bueno, puedes relajarte: esta superstición es solo eso, y arrancar una cana no desencadenará el crecimiento de otras. La razón es simple: un bulbo piloso contiene un solo pelo y siempre será el mismo, así que lo máximo que puede volver a crecer es un solo pelo. Sin embargo, sacarla sí causa un trauma leve que puede llevar a dos cosas. La primera es que se producirá más sebo y el cabello se hará más fino. ¿El segundo? ¡Peor aún! El trauma ya no permitirá que crezca el mismo cabello. Así que arrancar las canas nunca es una buena idea: si realmente te molesta, es definitivamente mejor cortarse el pelo.
Y cuando se trata de las canas, hay otro par de mitos que romper (aquí, en cambio, hay (10 curiosidades sobre el cabello que tal vez no conocías). El estrés no hará que el cabello se convierta en cana, pero puede hacer algo mucho peor... ¡Puede hacer que se caiga! Y el estilo de vida no importa mucho cuando se trata de tus primeras canas, pero la genética sí: mira a tus padres y a tus abuelos para tener una idea de cuándo tendrás canas y podrás empezar a arrancarlas. O mejor aún, ¡podrás no hacerlo!