La importancia del corte
Lo primero es tener el cabello sano y cuidado, y, lo segundo, llevar un corte que nos favorezca, que resalte nuestros rasgos y además nos reste años. “Un cabello joven es un cabello sano, así que es fundamental cortarlo si está estropeado y, ya de paso, hacernos un corte favorecedor que nos quite años, en vez de ponernos. Para las chicas de 40 recomiendo las melenas midi, los pixies y los flequillos, porque rejuvenecen mucho, aunque es verdad que no le sientan bien a todo el mundo. Un éxito asegurado son los bobs, tan clásicos y a la vez con ese espíritu rompedor que rejuvenece. También hay que tomar nota de los cortes desestructurados, que aligeran, dan frescura y naturalidad. Se trata de personalizar tu imagen y que refleje tu luz y tu energía”, asegura Mª José Llata de Peluquería Llata Carrera.
La juventud puede ser un color
El color puede ser nuestro aliado para revitalizar nuestra imagen y transmitir juventud. Es imposible no envejecer, pero sí podemos hacerlo sin renunciar a nuestra belleza. “Los tonos más claros, sin duda, son los que más rejuvenecen, aportan luminosidad y eso es lo que hace que los asociemos con rostros más jóvenes. Eso no quiere decir que las morenas o castañas deban pasarse al rubio, simplemente que añadiendo pequeños matices o reflejos en tonos miel, dorados o cobrizos conseguiremos un aspecto más renovado. Además, con la llegada de los 40 acostumbran a aparecer las primeras canas, el verdadero signo del envejecimiento junto con las arrugas, hacerlas desaparecer siempre ayuda”, explica Felicitas Ordás de Felicitas Hair.
Conocer para combatir
Con el paso de los años, sobre todo a partir de los 40, el cabello presenta cambios en su estructura. Se vuelve más fino, más seco y, por tanto, más débil. Saber porqué pasa nos permitirá tomar cartas en el asunto. “A partir de los 40 nuestro organismo comienza a disminuir la producción de colágeno, la proteína que también está presente en la piel, y la responsable de la flexibilidad y la resistencia del cabello. Al ser más escasa, provoca que el cabello se afine, se reseque, se apague y que incluso cambie en algunos casos su estructura, tanto en el cabello fino como en el rizado. También el folículo piloso produce menos melanina y, por eso, aparecen las primeras canas. Por tanto, serán claves aquellos tratamientos que proporcionen vitalidad y luminosidad para contrarrestar los efectos de la falta de colágeno y melanina”, afirma Raquel Saiz de Salón Blue.
Cuidados en el salón
Los profesionales del cabello pueden realizar un diagnóstico personalizado, atendiendo a las necesidades y características de cada melena para ralentizar el proceso de envejecimiento. “Cuando vamos cumpliendo años, el cabello se tiende a resecar y, por tanto, se vuelve más crespo. También se pierde densidad y es más frecuente la caída. Por este motivo, recomiendo los tratamientos revitalizantes que estimulan el crecimiento. Uno de los más potentes es a base de colágeno. El aporte extra de esta proteína presente en el cabello le da resistencia, lo cohesiona, hidrata y vuelve más flexible. Esto se consigue haciéndola penetrar en el folículo capilar y la cutícula, para reforzar desde dentro. Según cuál sea el estado del cabello, lo recomendable sería realizarlo una vez al mes”, aconseja Kílian Garrigós de SK Style Barcelona .
“La enzimoterapia es otro de los tratamientos reparadores y reestructurantes que devuelven al cabello la vitalidad perdida. Al ser un proceso orgánico, sin formol ni otros derivados dañinos, cuida del cabello de forma natural, además de corregir el encrespamiento y alisar. El ácido tánico, presente en la piel de la uva, la corteza del roble y el castaño, penetran en el cabello con la acción del calor y las enzimas actúan desde dentro de la fibra, rellenándola y aportando más cuerpo y densidad. El resultado es una melena hidratada, revitalizada y bonita”, sugiere Jose Garcia de Jose Garcia Peluqueros.
Cuidados en casa
El mantenimiento en casa es fundamental para conservar las mejoras que hemos logrado con los tratamientos profesionales. Así que, pequeños gestos nos permitirán alargar sus efectos. “Antes de nada, es fundamental utilizar productos de calidad, mejor si incluyen principios naturales, para lavar y acondicionar. Después está el uso de mascarillas, sérums y aceites hidratantes, que siempre proporcionan un cuidado intenso y duradero. Escogeremos estos productos atendiendo a las características especificas del cabello, como la textura y el grosor. Y, como consejo durante el lavado, para prolongar los efectos de los productos que hemos utilizado durante la ducha, mejor acabar con agua tibia o fría para cerrar la cutícula y activar la circulación sanguínea”, matiza Manuel Mon de Manuel Mon Estilistas.
“La clave a la hora de aplicarnos un producto no solo está en cómo lo hacemos, también en su formulación. Los principios activos de gran pureza y cuya estructura es parecida a la de nuestro cabello son siempre los que aportan mayores beneficios, sobre todo a largo plazo. Recomiendo queratina hidrolizada para el cabello fino, babassu para crear volumen, jojoba para regenerar y aceite de oliva como potente antioxidante. Cuanto más puro y concentrado, mucho mejor. Y otro aspecto importante: el estrés. Debemos tener bajo control a nuestro enemigo silencioso y reforzar la belleza natural del cabello con una alimentación saludable”, recomienda Gonzalo Zarauza, peluquero y asesor de imagen.