Con la pérdida de pelo el peine se queda lleno de cabello e incluso podemos agarrar más cantidad con las manos. Es un proceso habitual que no debe preocuparnos, aunque también es importante saber cuándo debemos acudir a un especialista.
Parece un tópico, es volver de las vacaciones y nuestro cuerpo empieza a dar señales de cansancio, y uno de los fenómenos clásicos es la caída del pelo. Sin embargo, es así porque forma parte del proceso de renovación y regeneración natural del pelo. El calor típico del verano, el sudor y la sal estimulan el crecimiento, así que cuando se acerca el otoño nuestra melena está en la fase de caída, como nos explica Raquel Saiz de Salón Blue: “Cada día perdemos entre 80 y 100 pelos, fruto del proceso de crecimiento del cabello, que también cumple con un ciclo de vida, conocido como ciclo del folículo piloso. Así que la caída estacional no debería preocuparnos y menos si hemos comprobado que están naciendo nuevos pelos, lo que demostraría que el ciclo de vida continúa”.
Sin embargo, no siempre lo tenemos tan claro, ya que a la caída estacional se le pueden añadir otros factores internos que la enfaticen y que, al coincidir con este periodo de caída natural, queden enmascarados. El estrés, tan típico de la vuelta de vacaciones, algunos medicamentos, el post-parto o la anemia pueden también provocar la caída. “Sin duda, antes de nada, es importante que un profesional revise la melena, haga un diagnóstico y compruebe que la caída no es excesiva o que haya zonas donde el cuero cabelludo presente huecos claros o calvas. Lo importante para poner remedio es saber qué nos pasa y así tomar las medidas más certeras para corregirlo”, afirma Raquel Saiz.
Es clave no confundir la caída con la pérdida, ya que, aunque los síntomas pueden ser parecidos, no lo son las consecuencias, tal y como nos aclara Raquel Saiz. “La caída y la pérdida de cabello pueden despistarnos, pero se deben a causas muy diferentes. Mientras que la caída es un proceso normal en el que el pelo se regenera y vuelve a crecer, la pérdida provoca una reducción del manto capilar porque no se regenera, es decir, no vuelve a nacer, es la famosa calvicie. Por eso, es muy importante acudir a un especialista para determinar un tratamiento adecuado y frenarlo a tiempo.”
Si nos encontramos ante una simple caída estacional, no debemos alarmarnos. Podemos mejorar la situación recurriendo a productos y hábitos que reforzarán el pelo en la fase de regeneración. “La cosmética capilar nos ofrece soluciones aptas para fortalecer el pelo durante la época de caída, como champús, acondicionadores, mascarillas, aceites o incluso nutricosmética, cuya principal función es mejorar el cabello desde el interior. En otras ocasiones puede que sea suficiente proteger nuestra melena de algunos agentes externos muy irritantes como los secadores, las planchas o algunos componentes químicos como el amoniaco”, nos explica Raquel Saiz.
Otro aspecto fundamental consiste en llevar una dieta equilibrada para evitar un déficit vitamínico, sobre todo de hierro y zinc, dos de los minerales fundamentales para su crecimiento, y aparcar falsos mitos como que el lavado diario del pelo lo debilita, como asegura Raquel Saiz: “Una de las falsas creencias más frecuentes en torno al pelo es el tema del lavado. Un pelo sano es un pelo limpio que lavamos con un champú adecuado a sus necesidades y características. De este modo, eliminaremos del cuero cabelludo secreciones y descamaciones y restos de productos de acabado. Aunque, también, seremos más conscientes de la caída del pelo si estamos en época de caída porque al lavar y cepillar ayudamos a que se desprendan las fibras capilares que están a punto de caer, pero eso no significa que caiga más.”