“Largo, ondulado y con capas muy ligeras, así es el flequillo waft”, explica Eduardo Sánchez, “una versión actualizada del flequillo setentero al más puro estilo Ángeles de Charlie, que se integra en la melena y juega al despiste.”
Como señala el estilista, “se trata de una tendencia muy influenciada por la situación que hemos vivido: después de meses confinados, muchas mujeres vieron como su flequillo más corto y definido fue creciendo y convirtiéndose en un flequillo algo más largo que el courtain fringe, más fundido con el resto del cabello y más desfilado. Así ha vuelto, con fuerza, este estilo tan años 70.”
Para crearlo, "el degradado de la parte frontal es fundamental para conseguir este efecto de movimiento y se trabaja desde el flequillo hasta el largo del cabello. La raya al medio también es importante en el look, así como que el flequillo se ondule ligeramente a golpe de cepillo redondo, secador y llevando el movimiento hacia atrás.”
En este sentido, apunta que, “precisamente por llevar la raya al medio, no es un corte apto para los rostros redondos o muy cuadrados. Es ideal para los ovalados y aquellos ligeramente alargados, así como para cabellos con textura y especialmente los que tienen una onda ligera.”
El color es un complemento que juega a favor del look: "los laterales ligeramente más claros ayudan a potenciar el corte y a crear luz en el rostro.”