La gestión de un negocio, una empresa, no es fácil cuando uno no tiene experiencia. Si no has aprendido, si nadie te ha enseñado a hacerlo, es lógico que te encuentras en dificultad a la hora de manejar todo lo que requiere el correcto funcionamiento.
Para el profesional de la peluquería es fácil llevar adelante la parte técnico artística, se disfruta, es lo que se sabe, gusta y apetece hacer. Con mayor o menor esfuerzo, con mucha o poca motivación, se consigue ir hacia delante. Pero qué pasa cuando además se tiene que tener en cuenta otros aspectos como las compras, la gestión de almacén, la burocracia, bancos, etc. Siempre es más fácil entre varios, sobre todo cuando encuentras a alguien que sabe, e incluso le gusta, esta faceta y estás dispuesto a formarse en ello.
Tienes varias opciones:
1. Otro profesional de la peluquería, que como tú puede aportar en el trabajo diario, pero que además se siente cómodo con la gestión del negocio y que aún si no tiene totalmente claro cómo hacerlo, se preocupará de formarse en ello.
2. Encontrar un profesional experto en estos aspectos de la gestión que quiera colaborar contigo y “quitarte este dolor de cabeza” para que puedas centrarte en la parte artística de tu trabajo. La “parte poética” como yo le llamo. Eso sí, es imprescindible que conozca y entienda el sector.
Imagínate lo que sería poder llegar a tu salón y sólo tener que pensar en como desarrollar tu arte de la mejor manera, formar a tu equipo, mejorar tus servicios, qué ofrecer a tu clientela para diferenciarte de la competencia al mismo tiempo que sabes que la gestión está en buenas manos. Saber que alguien preparado y quien confías estará atento a realizar las compras en el modo más adecuado, en contacto directo con tu asesor, con tu banco. Alguien que pensará en ofertas, promociones, lista de precios, etc.
¡Créeme es posible, eficaz y sobre todo rentable!
En los últimos meses durante mis consultorías, me encuentro cada vez más con esta situación. Peluqueros que se sobrecargan y estresan con la gestión de sus salón y por otro lado –y afortunadamente cada vez más– peluqueros que se interesan por la gestión. El resultado es fantástico, salones que se fusionan, empresas que unen sus fuerzas y sus salones con una filosofía y estrategia de negocios común. Se crea la figura del director técnico artístico y del director de salón o gerente.
¿Te imaginas? Sólo pensar en crear y desarrollar tu arte, o poder dirigir una empresa, según tu perfil y vocación. Serás más feliz haciendo lo que te gusta en el sector que amas y con mayor efectividad y rentabilidad. ¿No sería fantástico? Ahora bien, como en todos los aspectos de la vida, hay cosas positivas, como hemos visto hasta ahora, y hay otras un poco menos en las que tienes que estar atento. Por ejemplo, a la hora de elegir un socio. Esta fase de análisis, en la que siempre hago tanto hincapié porque sin duda es crucial, tienes que valorar muchas cosas, ser claro desde el principio y sobre todo dejarlo por escrito.
Consulta con tu asesor y un abogado para ver la mejor opción fiscal según tu país, región o estado y deja muy claro, POR ESCRITO:
– Cuáles serán tus funciones.
– Cuáles serán las funciones de tu socio/a.
– Qué aporta cada uno al proyecto.
– Cómo se dividen las participaciones del negocio.
– El poder de decisión será individual o compartido, en todo o en algunos aspectos.
– Cómo se manejarán las cuentas bancarias. Poder de firma individual o compartido.
– Cómo se disolvería este acuerdo/sociedad si un día quieres poner punto final.
No tengas prisa, piénsalo mucho, hazlo bien, elige bien a tu “pareja en el business” como lo harías con tu pareja en la vida. Porque has de ser consciente de que tu futuro depende de ello.
Define tus prioridades, lo que te hace feliz, toma decisiones, trabaja duro y sé consecuente… el éxito llegará sin duda. ¡Feliz y rentable proyecto!
- ALEX DOBAO
Business Promoter & Consultant
www.alexdobao.com