Los protagonistas de esta historia son dos peluqueros de la ciudad de Springfield, Missouri. Junto a seis colaboradores, prestaron servicios en el salón a 139 clientes, tras lo cual empezaron a experimentar síntomas de covid-19. Tras dar positivo en el test, la máquina de rastreo se puso en marcha y los 139 clientes fueron contactados y examinados. Sorprendentemente, ¡ninguno de ellos dio positivo! 

En solo unos días, el caso del salón de Springfield –que forma parte de la cadena de salones Great Clips– se ha convertido en un emblema de lo efectivo que puede ser el uso correcto de la mascarilla para prevenir la propagación del virus. Incluso el director del Departamento de Salud, Clay Goddard, citó este caso como un ejemplo a seguir para reconocer la eficacia de las mascarillas en los salones de belleza y peluquerías, o en cualquier lugar en el que no se pueda mantener la regla del distanciamiento social. 

El Washington Post publicó que “el ejemplo de un salón con dos trabajadores asintomáticos infectados por el virus covid, que continuaron trabajando mientras estaban protegidos por mascarillas, puede considerarse uno de los ejemplos más claros de cómo las mascarillas pueden frenar y facilitar la prevención de la transmisión del virus". El impacto de la noticia se vio acentuado por el hecho de que, el mismo día en que se dio a conocer, también se informó del caso de la fiesta del 4 de julio en la que 21 de las 300 personas que circulaban sin protección facial enfermaron de covid-19.

La información detallada que ofrecieron la ABC y la CNN confirmó que la combinación del uso de mascarillas y el distanciamiento social tiene sin duda un gran impacto en la contención del virus, un mensaje vital que, gracias a los medios de comunicación estadounidenses, se está enviando a todo el mundo.